zizi K reflexiona sobre el DJing como autodescubrimiento, conexión emocional y resistencia sonora, desde su residencia en una radio online.
¿Recuerdas el momento en que decidiste que querías ser DJ? ¿Qué fue lo que te impulsó?
‘‘No hubo un solo momento exacto, fue más como una acumulación de impulsos. Empecé siendo muy curiosa con la música. Desde pequeña me interesé por los sonidos quebrados e intensos del punk y el hardcore, pero nunca me limité exclusivamente a ese espectro. Influenciada en parte por mi familia y algunos círculos de amigxs, me interesé luego por el rap y el hip hop, esa apertura desde temprano a distintas escenas y formas de expresión musical, me ayudó a construir una escucha amplia y a entender la música desde una perspectiva más variada, sin tener que encasillarme en un solo estilo. Esto luego se empezó a reflejar en mi selección musical cuando empecé a frecuentar el mundo de la electrónica, donde entendí que quería ser parte activa de esa experiencia. El impulso principal fue la necesidad de expresar y compartir mi visión sonora con otrxs, desarrollar un lenguaje propio, entender cómo esto podía alterar estados de ánimo y con esto poder desarrollar propuestas. A partir de ahí comencé a tomarlo como una práctica «seria» y descubrir mi enfoque.’’

¿Cómo influyen tus emociones y vivencias en tu selección musical?
«Mi selección musical está, la mayoría de las veces, influenciada por mis estados emocionales. En mi práctica como DJ, no pienso únicamente en la pista de baile como un espacio de euforia, sino también como un lugar para generar tensión o incluso contemplación. A veces esto me lleva hacia sonidos más intensos y oscuros, otras veces hacia atmósferas más suaves, coloridas o quizá melancólicas. Creo que la honestidad emocional se traduce en una experiencia más auténtica para quien escucha.»
Cuando la gente escucha tus sesiones, ¿qué sensaciones en particular sueles esperar?
«Está claro que cada persona experimenta algo diferente, pero me gusta pensar que cada sesión es una forma de lenguaje, donde espero que la gente pueda sentirse conectada tanto con el ritmo como con sus propias emociones. Intento que cada mix esté pensado como una narrativa abierta, donde haya espacio para el movimiento, pero también para la intriga, la sorpresa y para que quien escuche se permita dejarse llevar sin expectativas. Si logro provocar una emoción genuina, por mínima que sea, siento que ya cumplí mi propósito.»

¿Cómo surgió la oportunidad de tener una residencia en IPR?
La residencia en Internet Public Radio surgió de manera orgánica. Estaba buscando una plataforma que me permitiera explorar un lado más introspectivo de mi carrera como DJ, lejos de la lógica del club. IPR, por su enfoque global y curaduría arriesgada, era el lugar perfecto para eso. Propuse el concepto de “Look Inside”, que es el nombre de mi show, como un espacio para la escucha pausada, donde mensualmente DJs emergentes de la escena actual proponen, desde su perspectiva, algo diseñado especialmente para esas ‘primeras horas del día’… desacomodarlos de lo que suelen poner normalmente en una noche de club. Desde entonces, esto se ha convertido en un tipo de refugio creativo mensual para mí.»
¿Qué has aprendido de esta experiencia y cómo ha influido en tu evolución como DJ?
«Siento que me ha permitido expandir mi lenguaje sonoro y afinar mi sensibilidad como selectora. A diferencia de mis sets en vivo, aquí trabajo con una escucha más detallada, que me obliga a pensar en otras texturas, silencios y atmósferas con mucho más cuidado, atendiendo a lo que los artistas me brindan en sus mixes. También me ha dado libertad para explorar géneros como el ambient, el downtempo o incluso lo experimental, lo cual ha nutrido mi paleta musical general. Esta residencia ha sido clave para equilibrar mi práctica entre la música saturada de club y la música necesaria de escucha.»
¿Cómo estructuras una sesión de radio en comparación con un set en vivo?
«Una sesión de radio casi siempre parte desde un lugar más conceptual y emocional. La estructura no responde tanto a mantener una pista de baile activa, sino a sostener un mood, una narrativa. Suelo construirlas en capas: primero defino una línea musical o una emoción guía, me permito tiempos más largos de transición, cambios de género inesperados o incluso de tempo. Por otro lado, un set en vivo lo pienso desde la interacción con el público, desde cómo modular la energía de acuerdo al contexto o el entorno. Ambas formas de mezcla se retroalimentan y me ayudan a mantener una práctica más versátil, que creo es un poco lo que define mi sonido.»
¿Cuáles fueron los mayores retos en tus primeros años?
«Al inicio, lo más desafiante fue encontrar espacios para tocar y hacerme un lugar dentro de la escena (siendo mujer) sin comprometer mi identidad sonora. También lidiar con la presión de tener que encajar en ciertos estilos o formatos más comerciales, cuando mi búsqueda iba por otro lado. A nivel técnico, fue un proceso de mucha autoformación: aprender a mezclar, conocer los equipos, construir una biblioteca musical sólida. Todo eso mientras generaba una identidad como artista, que es quizás el reto más grande y continuo.»
¿Hubo algún mentor o alguien que te inspirara en tu camino?
«Mi amigo Santi, a.k.a. ‘D’Santy’, fue una de las personas que más me motivó en ese entonces. Desde años atrás, admiraba su manera de mezclar y su criterio a la hora de seleccionar. Pero más que una sola persona, diría que fueron varios encuentros los que me marcaron. Algunas inspiraciones vinieron de artistas que admiraba y que luego se convirtieron en amigxs; al verles y escucharles, me hacían entender que era posible construir algo propio sin seguir fórmulas. Lastimosamente, siento que en la actualidad eso se ha ido perdiendo, solo por querer ‘ser parte de’. También hubo personas cercanas con las que compartí búsquedas musicales y que me ayudaron a afinar el oído y el criterio. Además, el entorno colectivo fue importante, especialmente en el Oriente Antioqueño y Medellín, donde estar rodeada de escenas independientes fue clave para formarme, tanto en lo técnico como en la manera de entender cómo habitar estos espacios a la hora de estar tras el booth.»
¿Cómo encuentras música nueva y qué te hace elegir un track sobre otro?
«Busco música constantemente en distintas plataformas: Discogs, Bandcamp, Hard Wax, o en plataformas de radios independientes, sets de otrxs DJs, foros, artículos en Resident Advisor o sellos pequeños. Me interesa sobre todo el material que no es tan evidente, cosas que puedan aportar texturas distintas o romper con lo esperado. A la hora de elegir un track, más allá del género o el BPM, me fijo en cómo puede encajar dentro de un set más amplio. A veces un pequeño detalle, una percusión inusual, una vocal o un tipo de ritmo pueden hacer que ese track se quede conmigo.»
¿Hay algún track que siempre llevas contigo o que tenga un significado especial para ti?
«Sí, tengo algunos tracks que funcionan como anclas emocionales o como ‘comodines’ en ciertos momentos. Hay uno en particular que me ha acompañado desde mis primeros sets y que siempre me conecta con mi intención inicial. No necesariamente lo toco siempre, pero saber que lo tengo ahí me da una especie de seguridad simbólica. También hay tracks que me recuerdan a lugares, personas o momentos clave en mi recorrido como DJ, y que vuelven cuando el contexto lo pide. Acá hay una lista de algunos álbumes más personales/especiales para mí:»
AFX* / Luke Vibert – Orphans
Eduardo De La Calle – Rather Than Deep
Ricardo Villalobos – Salvador
Massive Attack – Mezzanine
Boards Of Canada – Trans Canada Highway
Ryuichi Sakamoto – Ryuichi Sakamoto: Coda
Loidis – One Day de
creo que esto resume un poco mis intereses musicales desde un panorama bien amplio entre el techno, breaks, idm, ambient, house, experimental, hiphop/rap y hcpunk. Gracias por la invitación y espero sirva de algo en la continua construcción de nuestra escena.